historia
SHINE ON
Shine On es una creación de Gastón Álvarez, tiene sus inicios en los años 2015-2016, en el Planetario de la Ciudad de Buenos Aires, donde se realizaron 26 funciones con gran éxito homenajeando a Pink Floyd.
Diez años después, vuelve la experiencia en el Domo central del Parque de la Innovación. Todos los días sábados se brindan cuatro funciones de esta experiencia musical inmersiva y fulldome que promete ser una de las mejores del año en Buenos Aires.
El nuevo espectáculo
Minutos antes del inicio del show, una voz en off invita a todos los presentes a que por 70 minutos dejen sus celulares para disfrutar del espectáculo con los cinco sentidos. A cada uno de los presentes les piden que recuerden el preciso momento en el que comenzaron a escuchar a Pink Floyd y para aquellos que perdieron un amigo o a un ser querido que lo acompañó en aquellos inicios, aparece un cielo lleno de estrellas titilando. Con la emoción a flor de piel y ojos llenos de lágrimas, arrancan los primeros acordes de los once músicos en vivo que por más de una hora repasan la discografía completa de The Dark Side of the Moon (1973) o de Wish You Were Here (1975).
Domo circular
Alrededor del escenario circular, 250 personas recostadas en unos puff confortables y elegantes, abren grande sus ojos e intentar no perderse las imágenes proyectadas en el techo del domo, una cúpula circular que por momentos es un cielo, un mar con tortugas marinas, una ciudad de la furia con cientos de cosas para ver.
Próximas funciones
Desde el sábado 16 y durante varias funciones (ya están confirmadas más de 8 y la idea es que se extienda hasta el mes de diciembre), mil personas son testigos privilegiados de este show que atrapa a chicos y grandes por igual. Lo primero que sorprende al llegar es una luna gigante en el medio del parque que invita a todos a sacarse una foto para el recuerdo. Actores que representan las tapas de distintos discos de Pink Floyd caminan entre la gente y provocan asombro.
Una experiencia inmersiva
Al ingresar, todos reciben un obsequio que varía entre esferas luminosas y tapas de los dos discos que se presentan de manera intercalada. Cada función se extiende por más de una hora y al final, en uno de los domos, se puede adquirir algo del merchandising oficial o saborear de la experiencia gourmet acompañada por buenos tragos. En el interior del domo, dos discos icónicos firmados por Roger Waters, se exhiben como reliquia. Y para los más fanáticos, existe la opción del Ticket Dorado, que además de incluir toda la experiencia, permite el contacto con los integrantes de Pulse, una reconocida banda que hace 25 años realiza este merecido homenaje. Único, histórico, fascinante.